En invierno se realiza el proceso de poda en nuestros viñedos, necesario para un óptimo desarrollo de los racimos.
La vid es una liana que trepa como una enredadera. Para que podamos tener nuestras preciadas uvas a mano y con un buen desarrollo del racimo es necesaria la poda.
El proceso de poda consiste en eliminar los sarmientos o brotes que no interesan al viticultor. Eliminando así brotes que no sirven, están mal posicionados o están en exceso y haciendo posible que posteriormente la uva tenga mejor aireación durante su crecimiento.
Una buena aireación de la planta es importante porque de esta forma conseguimos que se reduzca el riesgo de padecer hongos u otras enfermedades. La propagación de estas enfermedades perjudicarían a la calidad del vino.
La poda varía en función del sistema de conducción escogido. En nuestros viñedos tenemos vides en vaso para las vides más antiguas, y vides en espaldera para las nuevas plantaciones.
En las vides en vaso buscamos que estén equilibradas en cuanto a insolación-aireación-producción. En las formaciones en espaldera, la principal ventaja que se busca es que se puedan mecanizar varias tareas, facilitando el trabajo del viticultor, aunque nuestra recolección es totalmente manual para conservar la calidad de la uva.
La poda que se realiza durante el invierno elimina los sarmientos que ya no nos sirven del año anterior. Posteriormente, en primavera, realizaremos la poda en verde (o esporga) para eliminar todos aquellos sarmientos que hayan surgido y que no deseamos.
Por último, indicar que el momento de la poda y su forma de realizarla viene determinada por la variedad de uva, la región y la climatología de la zona.
Añadir Comentario